SÓLO HAY DOS TIPOS DE INVESTIGACIÓN, LA BUENA Y LA MALA


Manel Esteller es uno de los científicos más reconocidos de nuestro país. Sus descubrimientos han sido decisivos para el desarrollo de la Epigenética. Es autor de más de 260 artículos científicos y ha recibido numerosos reconocimientos internacionales, el último de los cuales el premio de la Cumbre Mundial de la Salud y Premio Pfizer a la Innovación en la Investigación Biomédica.


Texto: IDIBELL


¿Qué representa recibir un premio como este?

El premio representa el reconocimiento del área de Epigenética, como contribuidora a la salud y a la investigación. Demuestra que áreas nuevas como la epigenética pueden contribuir a mejorar la salud pública, igual que lo ha hecho la prevención o la genética.

Este es un objetivo de la investigación que realiza, mejorar la salud de los ciudadanos.

Nosotros intentamos descubrir por qué pasan las cosas, por qué se alteran las células y aparecen enfermedades, y que estos descubrimientos sean útiles, sean aplicables. Esta aplicación se puede realizar encontrando biomarcadores que permitan predecir el comportamiento de una enfermedad o bien desarrollando fármacos que actúen cambiando, revirtiendo este proceso alterado que hemos descubierto en las células.

¿Es fácil trasladar los resultados de la investigación a la práctica clínica?

Es errónea la dicotomía entre investigación básica e investigación aplicada. Hay sólo dos tipos de investigación: la buena y la mala. Probablemente, por el hecho de tener un bagaje mixto, porque estudié Medicina, puedo entender bien la conexión entre los dos mundos.

¿De qué forma se puede aplicar la epigenética al tratamiento de enfermedades?

Se puede aplicar de muchas formas. En el tratamiento de determinados tumores lo que se hace es alterar la expresión génica cambiando las marcas químicas que regulan los genes. Esto hace, por ejemplo, que la célula de una leucemia vuelva a recordar que un día, años atrás, había sido un linfocito normal. Y esto se hace volviendo a expresar diferentes genes.

De lo que se trata, pues, es de reprogramar una célula tumoral para que se comporte como una célula normal.

Exacto. Cuando miramos una célula madre adulta reprogramada, una IPS, vemos alteraciones epigenéticas. Esta reprogramación también se puede hacer mediante fármacos.

El tratamiento del cáncer está viviendo una verdadera revolución que ha llevado a algunos a decir que pronto se convertirá en una enfermedad crónica. ¿Está de acuerdo con esta afirmación?

Creo que hay muchos tipos de cáncer que se han cronificado mucho, por ejemplo el de mama, y en un futuro esto pasará con otros cánceres. Se debe incidir en dos cosas. La primera es luchar contra tumores que todavía presentan una elevada mortalidad durante el primer año, como por ejemplo el cáncer de páncreas y el glioma; todavía falta mucha investigación en este campo. La segunda es investigar para encontrar tratamientos personalizados, que el paciente reciba el fármaco que verdaderamente necesita, evitando efectos secundarios. Cada vez tenemos más diferencias epigenéticas entre los tumores que permiten decir si un paciente debe recibir un fármaco u otro.

En su laboratorio están especializados en cáncer, pero los mecanismos epigenéticos están implicados en otras enfermedades, y de hecho colabora con otros grupos de investigación que se dedican a ámbitos diferentes.

Nosotros, en el laboratorio, aparte de cáncer estudiamos otras enfermedades como el síndrome de Rett, el síndrome de Sotos, el síndrome de Rubinstein-Taybi y enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, y otras. Por lo tanto, tenemos un interés global. Sí que tenemos un área común, que es todo aquello que tiene que ver con la desregulación de la expresión génica, cómo se altera la actividad del genoma.

¿Con la epigenética acabará pasando lo mismo que con la genética, que se extenderá a todos los ámbitos de la investigación biomédica?

Ya está pasando. Hoy, el estudio epigenético se ha incorporado a la mayoría de laboratorios que estudian la biología molecular y celular de la enfermedad.

¿Por qué se interesó por la epigenética?

Yo empecé estudiando la genética molecular humana, pero había preguntas que la genética no contestaba. La genética tiene limitaciones físicas que la epigenética no tiene, porque es más dinámica. Se pueden cambiar más rápidamente las marcas químicas epigenéticas que las mutaciones genéticas. Las mutaciones son más inflexibles, más deterministas y las marcas epigenéticas son más dinámicas, más móviles. Esto explica muchas enfermedades, porque la enfermedad humana es muy flexible. Muchos cambios de un tumor sólo se pueden explicar a través de la epigenètica.

¿Qué proyectos de futuro tiene su laboratorio?

Uno es tener los epigenomas completos de los humanos. Hoy en día ya tenemos dos epigenomas completos, pero debemos tener más muestras de enfermedades en las que tengamos epigenomas completos. Otro proyecto de nuestro laboratorio es el estudio del genoma oculto, que es aquél que no produce ARN mensajero ni proteínas, sino ARN no codificante, es decir, ARN que origina microARN. Este genoma oculto representa más del 90% de todo el genoma.

En esta coyuntura actual de recortes presupuestarios, ¿cómo convencería a un político de la necesidad de invertir en investigación?

Creo que ha habido una voluntad política en los últimos 12 años de apoyar en investigación de calidad en Cataluña. Hoy Barcelona se ha constituido como un clúster de investigación biomédica importante en Europa. Cataluña es un país pequeño que sólo puede ser competitivo si invierte en conocimiento, en innovación, en investigación y en sistemas de información. Porque el talento existe; simplemente se debe apoyar este talento.

Realmente, ¿la sociedad es consciente de esta necesidad?

En esto los científicos tenemos un papel clave. Los científicos no pueden cerrarse en sus laboratorios; han de abrirse a la sociedad. Se debe hacer entender a la sociedad que la investigación es vital, que las enfermedades no se curan por azar. No es casualidad que el 60% de los tumores se curen.

¿Cuál es la clave para hacer buena investigación?

Se debe ser ambicioso y perseverante. Ambicioso en el sentido de que no te debes plantear un objetivo a corto plazo, sino que te debes plantear preguntas importantes y, si puede ser, que tengan una traslación en los enfermos. Además, se debe ser muy perseverante, porque no todos los días se hacen grandes descubrimientos. Cada día hay pequeños descubrimientos que ayudan a hacer un gran hallazgo.

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