LOS TELESCOPIOS ROBÓTICOS SON CLAVE EN LA BÚSQUEDA DE EXOPLANETAS


Los telescopios robóticos están de moda. Con motivo del IV Congreso de Telescopios Robóticos, que tiene lugar estos días en el Parque Científico de la Universidad de Valencia, SINC habla con Luis Cuesta, responsable científico de los telescopios robóticos del Centro de Astrobiología (CSIC-INTA), y miembro del comité científico organizador del evento.



Texto: SINC // Veronica Fuentes.






El IV Workshop de Telescopios Robóticos de España, que consta de cuatro sesiones de trabajo: Tecnología, Divulgación, Ciencia y Educación. El evento concluye el 27 de noviembre con una visita al telescopio de la universidad. Pero tras la primera jornada de trabajo ya se pueden sacar algunas conclusiones. Una de ellas es el importante avance en divulgación científica gracias al desarrollo de la tecnología, que pone a disposición de los asistentes las observaciones de telescopios profesionales. Luis Cuesta da cuenta de ello.

¿Cuál es la autonomía de estos telescopios?

Absoluta. Pueden funcionar robóticamente, sin contar con ningún operador. Evidentemente, no existe una robotización completa hasta el momento, pues siempre tiene que haber una vigilancia, pero se puede hacer un programa de observación que el telescopio ejecuta robóticamente, sin necesidad de intervención. Se programa antes y el telescopio lo detecta, lo ejecuta y realiza las observaciones.

Supongo que las utilidades son múltiples…

Ésa es la idea. Pero el objetivo fundamental de este tipo de telescopios está relacionado con la búsqueda de otros mundos, los exoplanetas, lugares donde entendemos que se puede producir vida. Además está la labor divulgativa que se puede hacer con estos telescopios, que es fundamental. Afortunadamente es algo que tiene un gran impacto en la sociedad. Devolver parte de nuestro conocimiento a la sociedad es una labor obligada.

¿La operatividad manual es menos precisa?

No, para nada. La precisión no cambia, se pueden ejecutar las observaciones tanto remota como robóticamente. El sistema de control es exactamente el mismo, lo que pasa es que la vigilancia se puede dejar en manos del operador o del programa de control robotizado.

¿A cuánta distancia se puede trabajar de manera remota?

No hay límite, lo indispensable es encontrar un punto de acceso a internet. A parte de la utilización científica de estos telescopios, está la finalidad educativa. Que sean los posibles usuarios los que puedan utilizarlo. Para ello hemos desarrollado una herramienta específica de interacción con el telescopio y su control. Evidentemente no se controlarán todos los parámetros, porque puede ser peligroso, pero sí los aquellos adecuados para que el telescopio se pueda mover, se puedan determinar tiempos de exposición y tomar imágenes.

¿Cuáles son las limitaciones de estos telescopios?

La dificultad añadida de estos telescopios es que en realidad no son robóticos. Todos los mecanismos fallan, entonces se necesita una cierta vigilancia. Nosotros tenemos una cámara de vigilancia dentro y fuera del telescopio para comprobar que el telescopio se ha movido adecuadamente, si se ha cerrado la cúpula y no ha habido ningún fallo. A pesar de eso tiene que haber una persona de apoyo por si hay algún tipo de fallo, alguien que pueda solucionar ese problema puntualmente.

¿Desde cuándo hay telescopios robóticos en España?

Nuestro grupo tiene tres, pero hay más en España. Empezaron a instalarse en 2003, aunque en otros países ya se habían empezado a instalar antes. Ése es el objetivo principal de este congreso, intercambiar experiencias entre los investigadores que utilizan los telescopios robóticos, los tecnólogos que los construyen, los educadores y las agrupaciones astronómicas interesadas por los telescopios robóticos.

¿Estos telescopios son la solución?

Puede, aunque no la solución absoluta. Está claro que estos telescopios pequeños que no requieren operador, son automáticos y permiten observar gran cantidad de datos y reducirlos automáticamente una vez terminada la noche, son clave en la búsqueda y caracterización de exoplanetas. Además son útiles para la observación prolongada de elementos, como el Sol, del cual desconocemos muchas cosas.

¿No es una amenaza para los astrónomos?

En absoluto, es una ayuda. Hace un trabajo complementario, al igual que pasa entre los diferentes tipos de telescopios, que no solapan su funcionalidad, sino que hacen trabajos que no pueden abarcarse con el resto de telescopios. Cada uno tiene su margen: los telescopios robóticos para objetos que requieren una observación prolongada, los grandes telescopios en tierra para objetos lejanos relativamente brillantes, y telescopios fuera de la atmósfera para longitudes de onda como el infrarrojo o el ultravioleta a las que no se puede llegar desde Tierra.

¿Cómo ve el futuro de estos telescopios?

Poco a poco van aumentando el número de telescopios que hay en España y otros países. Se hacen congresos como el de esta semana y la tendencia es mejorar las limitaciones en el control. Cada vez van siendo más fiables, lo que es fundamental, porque no siempre puedes estar seguro de lo que sucede. Si conseguimos aumentar la fiabilidad, mejorará mucho la operatividad de estos telescopios.

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