STONER, EL GODZILLA DE TERUEL


Hace 145 millones de años, en lo que hoy es la provincia de Teruel, un dinosaurio devorador de plantas, del tamaño de seis elefantes, cayó a un río y fue arrastrado por la corriente. En uno de los meandros, su cadáver quedó varado. Y allí sigue.



Texto: PUBLICO



Entonces, la región estaba pegada a la costa del mar de Tethys, padre del actual Mediterráneo, y presentaba un clima tropical. Las manadas de dinosaurios saurópodos, los de cola y cuello largos, sufrían los ataques de los primos del Tyrannosaurus rex en las orillas de los ríos. Hoy, la zona es un tranquilo barranco plagado de ovejas y arbustos de romero a tres kilómetros de la localidad de Riodeva.

Un grupo de paleontólogos españoles presentó aquel mastodonte del Jurásico, parcialmente desenterrado durante este verano en el yacimiento de San Lorenzo, muy cerca de donde en 2003 se descubrió el que entonces era el dinosaurio de mayor tamaño de Europa, el Turiasaurus riodevensis. Su reinado puede haber terminado.

CINCO TONELADAS MÁS

Los científicos, de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis, han hallado ahora un fémur de 1,92 metros de longitud (el mayor de Europa), una tibia de 1,25 metros y varias vértebras de la cola, además de fragmentos del cráneo y otros huesos. Sus primeros cálculos apuntan a un dinosaurio de unos 30 metros de longitud y más de 40 toneladas. "Puede tratarse de otro Turiasaurus o de una nueva especie de dinosaurio gigante", explica el director de la Fundación, Luis Alcalá.

En cualquier caso, sería el animal conocido más pesado que jamás haya pisado Europa. "Sus huesos son más robustos que los del ejemplar que encontramos en 2003. Pudo perfectamente pesar cuatro o cinco toneladas más", especula el paleontólogo Alberto Cobos, señalando el inmenso fémur. Sólo este hueso del muslo, hoy fosilizado y convertido en piedra, pesa unos 600 kilogramos. Como un toro de lidia. Sus descubridores han bautizado al nuevo dinosaurio Stoner, en honor al piloto de Moto GP Casey Stoner, que ganó el domingo el Gran Premio de Aragón. Y porque stone en inglés es roca, donde ha aparecido el fósil.

A falta de estudios exhaustivos, que pueden requerir un par de años, los paleontólogos están divididos. Unos creen que Stoner podría tratarse de una nueva especie, lo que convertiría Riodeva en la cuna mundial de los dinosaurios gigantes. Otros, como Alcalá, preferirían que fuera otro Turiasaurus. Curiosamente, en San Lorenzo han hallado los huesos que no se encontraron en 2003. Son dos individuos diferentes, pero las piezas, salvo alguna repetida, encajan como un puzzle. "Si se trata de otro Turiasaurus, podremos completar el esqueleto de esta especie", sostiene el director.

El catedrático de Paleontología de la Universidad Autónoma de Madrid, José Luis Sanz, ajeno a este descubrimiento, confirma su trascendencia. "Sería excepcional que hubieran coexistido dos especies tan descomunales compitiendo por los mismos recursos", reflexiona. "Y si estamos ante otro Turiasaurus, sería menos excepcional, pero muy importante, porque no hay en todo el mundo un esqueleto completo de un dinosaurio tan gigante", explica.

Desde que en 2003 se descubrió el ejemplar de Riodeva, han aparecido restos de esta especie en Valencia, Asturias, Portugal, Francia y Reino Unido. Ahora, los investigadores de la Fundación Dinópolis van a rastrear en las co-lecciones africanas del Museo de Historia Natural de Berlín en busca de fósiles de Turiasaurus. Creen que el enorme saurio también pisó Tanzania. Si lo demuestran, confirmarían su sospecha: que el gigante de Teruel dominó la Tierra hace unos 150 millones de años.

A Sanz, que describió hace años la primera especie de dinosaurio hallada en dos continentes, el depredador Allosaurus fragilis, encontrado en EE.UU. y Portugal, no le sorprendería. "Estamos hablando de un momento muy antiguo, cuando Pangea [el supercontinente que agrupaba a todos los actuales] comenzaba a fragmentarse", afirma.

DESTROZADO POR LOS ARADOS

La historia de Riodeva es singular. Hace una década, como admiten los paleontólogos de la fundación, nadie daba un duro por encontrar allí yacimientos relevantes. El pueblo, de menos de 200 habitantes, vivía, y sigue viviendo, de las minas de caolín, una arcilla utilizada para fabricar cerámica y papel. Ni rastro de dinosaurios. Se habían encontrado algunos fósiles desperdigados, pero no la roca madre.

Los paleontólogos de la fundación comenzaron a patear los valles y, en mayo de 2003, Cobos y Rafael Royo se toparon, entre cardos, con el lugar donde aparecería el Turiasaurus. Estaba destrozado por los arados. Desde entonces, han hallado 52 puntos con restos de dinosaurios y muy pocos se han excavado. Los nueve paleontólogos de la fundación no dan abasto. Hay trabajo para varias generaciones.

José Ángel Biel, vicepresidente del Gobierno de Aragón, que paga las excavaciones, asistió a la presentación de los fósiles y prometió construir un centro de interpretación en Riodeva. "El tamaño sí importa", bromeó frente al enorme fémur.

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